Mujer (ser)
“Y yo también, de un ser egoísta, calculador, quejumbroso, vanidoso, y muy ñoño. Por si no lo reconoces le dicen mujer… ¡pero la quiero!”
Thomas Moore
“…me enfocó más en los aspectos positivo de un ser dócil, tierno, y si, no te niego que en ocasiones salen a relucir esas cualidades, pero también las hay con cualidades muy opuestas a esas que dices, y esas son las que prefiero.”
Francis Santos
Mujer… esa palabra. Eso que nos ha tocado “ser”, eso que creen que nos ha tocado ser que, al decir verdad mucho no tiene que ver con lo que es Mujer, con su Ser…
Resulta interesante la percepción de las cualidades, que según los “machos alfa y beta” son propias de las mujeres, veamos dos ejemplos recientes: según Thomas Moore “un ser egoísta, calculador, quejumbroso, vanidoso, y muy ñoño. Por si no lo reconoces le dicen mujer…” y Francis Santos “me enfocó más en los aspectos positivo de un ser dócil, tierno…”. Francis interpreta que los aspectos que Moore señala no son positivos, al menos en relación con los que él presenta: dócil y tierna. Esto revela algo muy simple, Francis prefiere la mujer sumisa fácilmente dominable que todo lo acepta y soporta, que posee como única defensa su ternura, modalidad está de más decir, de siglos de antaño. Mientras que Moore haciendo gala de masoquismo afirma querer, a una mujer como todas, según él egoísta, calculadora, quejumbrosa, vanidosa y muy ñoña; en este caso no queda claro la valoración de Moore hacia estas cualidades, es decir, Francis valora como positivas la docilidad y ternura, y Moore ¿qué opinara de las suyas? Bueno, esto en fin no es lo trascendente del asunto. Lo elemental y de mayor importancia es la visión que ellos nos aportan de su idea de ser mujer.
Para uno la mujer (en su aspecto positivo) en un ser fácil de moldear, manipular, soslayar, dominar y que posee la dulzura necesaria para soportarlo sin luchar contra ello. Mientras que el otro visualiza y describe la mujer como un ser que solo piensa y se interesa de sí misma, que manipula a su antojo y hace solo lo que le conviene, que cansa con sus problemas, a quien solo le importa lo material, arrogante y banal, y sobre todo eso ñoño (nada que decir de este punto).
Entonces la pregunta es ¿hemos avanzado? ¿Cuánto, en cuales términos? Aun nos prefieren tiernas y dóciles y los más cercanos a la preclaridad admiten de la mujer caracteres de dudosa valoración…
Lo único que en este caso puedo afirmar es que mis experiencias teórico-prácticas sobre ser mujer revelan que no existen características generales que nos definen, somos humanas y la humanidad, ontológicamente es diversidad, tal que se hace imposible definirla por sí, porque cada grupo de características se mezclan y encuentran variable en cada una o uno; y no solo eso, la permanencia de las características en las y los humanos/as es variable y relativo al tiempo, espacio, circunstancia.
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