Mujer Caoba

domingo, 5 de agosto de 2012

De poetisas a poetas: Grandes diferencias

Como si la eterna diferenciación entre lo masculino y lo femenino no bastara, se suele atribuir el sustantivo poetisa a la mujer dedicada a escribir versos, para distinguirla del poeta, presunto hombre dedicado a escribir versos. Y digo presunto porque a  mi entender la palabra poeta es un sustantivo de género común, es decir que tiene una misma terminación aunque diferente articulo que determina su “género” ya que esta diferencia se precia de tan imprescindible, la poeta, el poeta; del mismo modo que periodista, violinista, pianista, testigo, mártir…

Muchas personan han llegado a preguntarme cual es el problema, si una de las luchas feministas es precisamente la inclusión del género femenino en el lenguaje, pues les digo que en primer lugar desde mi entender el arte poético no atiende a géneros,  que aunque históricamente se intente apropiar la palabra poeta a lo masculino, incluye también gramaticalmente lo femenino y por ultimo desde la antigüedad la palabra poetisa se usa como un peyorativo para referirse a aquellas mujeres que escriben versos, aun cuando “su condición de mujer no se los permite, sino precariamente”, viciando el termino hacia connotaciones tales como cursi, incapaz, ignorante.  Desde la antigüedad las mujeres han sido consideradas incapaces de todo proceso que implique intelectualidad, existió por ejemplo Safo, considerada aun hoy día como “la primera poetisa”, ya en épocas mas cercanas, cuando la educación femenina resultaba un privilegio, las poetisas eran conocidas como aquellas que para deleite de los poetas en los salones y peñas literarias entretenían con su ingenuidad y cursilería con una que otra lectura, permitida por supuesto por “los poetas” que no las tomaban en serio y mucho menos les permitían publicar, salvo extrañas excepciones.

El caso de Sor Juana Inés de la Cruz es, para mencionar alguno, imperdible, pues esta debió recurrir a una vida monástica para tener las libertades intelectuales deseadas: una biblioteca propia, estudiar, escribir, participar activamente de tertulias, tiempo deseado… Un dato curioso es que Sor Juana, durante su niñez, se imponía a si misma el aprendizaje perfecto de lecciones, y si no lograba aprenderlas en la medida deseada se cortaba trozos de cabello, puesto que pensaba que la cabeza no podía estar llena de hermosos cabellos y vacía de ideas; presumo que esta idea viene del estudio de la filosofía platónica quien pensaba que mientras más largos los cabellos de una mujer, mas cortas sus ideas.

La poesía en sí desde los griegos era considerada un arte menor, fue necesario esperar hasta el humanismo para que esta tomara auge, y hasta el romanticismo para que las mujeres mediante la idealización poética tomaran notoriedad, salvo por el capricho iluso de los jóvenes poetas quienes se suicidaban para exaltar la idealización del “amor puro y verdadero” digamos que desayudó el posicionamiento dado, en cuyo caso la poética femenina nacía enmarcada en el género privativamente epistolar.  

Hasta el 2001 el diccionario de la Real Academia de la Lengua diferenciaba entre las palabras poeta y poetisa por el género masculino y femenino respectivamente, ese año fue cambiada la definición por: Poeta: Persona que compone obras poéticas y está dotado de las facultades necesarias para componerlas. Es importante que esta nueva definición aluda a un sustantivo común como persona, que incluye ambos géneros, aun no se ha eliminado o rectificado la acepción peyorativa de la palabra poetisa que figura como: Poetisa: Mujer que escribe obras poéticas.

Pese a que innumerable cantidad de libros y autores mantienen la idea de la diferenciación entre poeta y poetisa, aludiendo que la poética femenina está plagada de cursilerías y es netamente sensibilidad sin intelectualidad. Desde lo particular, les digo que soy poeta y que he leído incontable cantidad de poetas  que si, escriben desde los sentimientos y sensaciones que viven y perciben, pero además escriben sobre las ideas, corrientes, estilos y pensamientos imperantes; también, como decir que existen algunas a quienes podríamos dejar en el renglón de poetisas, ya que si la palabra para designar a un hombre que es mal poeta es poetastro, entonces puedo concederme el derecho a pensar que para designar a las malas poetas podemos usar la palabra poetisa.

Entonces algunas de las por mí, consideradas poetas (sin asomos de poetisas) tenemos: Alfonsina Storni, Sylvia Plath, Emile Dickinson, Delia Weber, Alejandra Pizarnik, Virginia Wolf, Gabriela Mistral… entre muchas otras.

2 comentarios:

  • A las agosto 05, 2012 11:00 a. m. , Blogger Unknown ha dicho...

    Me complace la aclaratoria, no obstante tengo en alta estima, consideración y orgullo nacional a nuestra gran y afamada poetisa Enriqueta Terán...que me excuse la Real Academia por mi pueblerina expresión

     
  • A las agosto 05, 2012 11:00 a. m. , Blogger Unknown ha dicho...

    Me complace la aclaratoria, no obstante tengo en alta estima, consideración y orgullo nacional a nuestra gran y afamada poetisa Enriqueta Terán...que me excuse la Real Academia por mi pueblerina expresión

     

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