Mujer Caoba

miércoles, 26 de agosto de 2009

Verbos

Ser lo que soy... no un verbo copulativo sino uno intransitivo...
DUELE.

domingo, 16 de agosto de 2009

Belleza

¿Qué tan importante es la belleza? ¿Qué tan irremediable? ¿Qué es la belleza en si, existe o es solo una ilusión, quizás un, o muchos estados mentales, quizás un disfraz? ¿Qué tanta relevancia o irrelevancia puede tener la belleza en mi vida, en tu vida o en la vida de cualquier mujer?...




La belleza un estorbo, siento. Al parecer no importa cuánto lea, estudie, escriba o piense, nunca podrán hombres y mujeres saltar la barrera de ese una estatura, de unas medidas adecuadas, de un abdomen, pechos y trasero “bien formados”… al perecer todas estas cosas terminan siendo más importantes que “ser” en sí, en esencia, al parecer ninguna idea por más profunda o superflua lograra provocar mayor impacto que lo físico, la figura, lo aparente y transitorio de los seres. ¡Qué decepción! ¡Qué dolor! ¡Qué fatiga!



De niña todas/os fuimos educados tras el ideal de la belleza y deseamos poseerla, y luego adolescentes la belleza se convierte en un ritual tanto para hombres como para mujeres. Se desea, se busca, se transitan los rincones de la belleza, se crean frustraciones al pensar no poseerlas, se comenten muchos errores tras ella.



En especial en la mujer, la belleza se convierte en estandarte, “ una mujer solo necesita ser bella”, estar bien cuidada y presentaba y se le abren todas las puertas, la inteligencia es obligatorio solo para las mujeres feas… en el hombre es distinto, un hombre puede ser bello e inteligente, puede ser feo y éxitos, es atractivo en ambos modos… estas estupideces y muchas otras la hemos aceptado como bueno y valido, lo hemos adoptado como sistema básico de vida.

El haber aceptado en el pasado esto, hoy nos condena, hoy estamos terriblemente condenadas a ser un objeto, una simple fuente de entretenimiento visual, una incitación al morbo de los depravados que se pasean por las calles, y como si fuera poco también de aquellos supuestos intelectuales, que abundan en las escuelas, universidades (profesores y empleados), en la librería, en el cine… en todos lados.





Si pudiéramos viajar al mundo de las ideas de platón donde la idea no tiene forma porque no la necesita, porque ella se basta y sobra. Si fuéramos ideas sin forma, sin estereotipo, sin molde obligatorio, estoy segura de que nos conoceríamos, de que utopías como el amor tomarían existencia, por no estar atadas a las banalidades del cuerpo, de la forma, del estereotipo, de la belleza misma. O más bien, de la idea de la belleza carnal, tan distante de la verdadera belleza, la integral del ser.