Mujer Caoba

domingo, 9 de septiembre de 2012

La travesía de la mujer hacia sus Derechos Humanos


La realidad nos demuestra que en términos de contrato social las mujeres seguimos teniendo más deberes que derechos. Debemos resaltar que el reconocimiento y libertad hacia las potencialidades de la mujer se han ensanchado en los últimos tiempos, muestra de ello es que estudio y crítico, libre y públicamente el fenómeno que da título a este texto, ahora las limitaciones en términos de derecho y respeto hacia los Derechos Humanos aplicados a la mujer siguen resultando deficientes y mínimos.


La Organización de las Naciones Unidas (ONU), principal propulsora y promotora de los Derechos Humanos fue fundada en 1945, y no es hasta 1975 cuando consciente de la profunda desigualdad entre hombres y mujeres, declara ese como año de la mujer y organiza en México la primera de cuatro conferencias mundiales sobre la mujer, donde se debatieron los problemas sociales y económico que la desigualdad ocasiona, de modo que surgió así EL Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) hoy ONU Mujeres, entidad que procura la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer.

Entonces ¿Qué es lo que nos hace falta a las mujeres para lograr la tan anhelada igualdad en derechos?, si nos remontamos a una situación histórica más remota (aunque no tanto) notaremos que en primer lugar la tradición de pensamiento (altamente machista y misógina) no nos favorece, puesto que grandes pensadores aun vigentes en los procesos lógicos de razonamiento opinaron:

“Hay un principio bueno que creó el orden, la luz, y el hombre; y un principio malo que creó el caos, la oscuridad y la mujer” Pitágoras
“La naturaleza sólo hace mujeres cuando no puede hacer hombres. La mujer es, por tanto, un hombre inferior.” “La mujer es, por naturaleza, inferior al hombre. Debe pues obedecer”. Aristóteles
“Las mujeres son imperfectas por naturaleza; son varones mal concebidos”. Santo Tomás de Aquino
Así mismo la tradición religiosa se encargó de diseminar la idea de que la mujer es un ser maldito, culpable de todos los males que acarrean a la humanidad y por ende inferiores en derechos.

"Que las mujeres estén calladas en las iglesias, porque no les es permitido hablar. Si quisieran ser instruidas sobre algún punto, pregunten en casa a sus maridos.” “El peor adorno que una mujer puede querer usar es ser sabia.” Lutero
“Es preferible un hombre malo que una mujer buena. La mujer es toda malicia, ella cubre al hombre de oprobio y vergüenza”. Eclesiástico, LXII-14.
Como consecuencia las leyes creadas para regular la vida en sociedad resultaron desde su génesis violentas y discriminatorias para las mujeres.

“Cuando un hombre fuera reprendido en público por una mujer, tiene derecho a golpearla con el puño, el pié y romperle la nariz para que así, desfigurada, no se deje ver, avergonzada de su faz. Y le está bien merecido, por dirigirse al hombre con maldad y lenguaje osado." Le Ménagier de Paris (Tratado de conducta moral y costumbres de Francia, siglo XIV)
Luego de proclamados los Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1789, es firmada la confirmación de la Ley Sálica, que prohíbe a la mujer el derecho de sucesión al trono y la propiedad, entonces una mujer, Olimpia de Gaugues, redacta a modo de critica y propuesta La declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, 1791, hecho por el que fue guillotinada.

“La libertad y la justicia consisten en devolver todo lo que pertenece al otro; así, el ejercicio de los derechos naturales de la mujer no tiene más límite que la tiranía que el hombre le opone; estos límites deben ser reformados por las leyes de la naturaleza y la razón”

“La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos” (Olimpia de Gaugues)
Este es solo un ejemplo parco de la larga y difícil batalla, hacia nuestro estado de derecho actual como mujeres. Sin restar importancia a las miles y millones de mujeres, en el marco de los movimientos feministas o como entes personales, que antes y después han luchado para que hoy podamos gozar de la aun no lograda igualdad de género.
Sí, logramos el derecho al trabajo remunerado, logramos el derecho al voto, logramos el derecho a la educación y luego el trabajo en el ámbito profesional, sí, nos ha tomado siglos de lucha férrea lograr lo que el hombre mantuvo como su naturaleza, y que en el peor de los casos (la esclavitud) logró, casi en su totalidad, hace tres siglos, libertad, igualdad, fraternidad. Aunque hoy trabajamos, estudiamos, decimos lo que pensamos y hacemos como queremos, una significativa porción de la población femenina de la humanidad sigue sufriendo de maltrato, opresión, discriminación, violencia y prejuicio.
“Estudios realizados, por diferentes instituciones, permiten valorar los porcentajes de mujeres en edad adulta que han sido víctimas de asaltos maltrato o abusos por el esposo o compañero, y las cifras no son nada halagüeñas. Por ejemplo, en la Ciudad de México el porcentaje de violencia contra la mujer es del 34%; en Santiago de Chile es 26%; mientras en la capital de Bolivia es 60%. En países del primer mundo, Canadá reporta un 25% de maltrato; Estados Unidos 28%; y en Europa, el 25% de las mujeres belgas y noruegas son maltratadas o violentadas. Las mujeres en Asia también son víctimas de estos atropellos: República de Corea y Malasia tienen 38% y 39% por ciento respectivamente. En África, por solo citar dos ejemplos, Kampala y Uganda, son ultrajadas el 46% de las mujeres; en Kenia el 42%. Ante cifras tan dramáticas, es esencial hacer un llamado a las instituciones y sociedades del mundo que tienen la responsabilidad de velar por los Derechos de las Mujeres en cualquier lugar del planeta. Hay que exigir el cumplimiento, por parte de los Estados, de sus obligaciones. También hay que insistir en foros y encuentros, como ocurre con éste que estamos llevando a cabo en el día Internacional de la Mujer” (http://www.unifemweb.org.mx/)

 
Remontémonos a una de las muchas situaciones locales que afectan nuestra calidad de derecho, el artículo 37 de la constitución promulgada el 26 de enero de 2010, constituye una de las más rebatidas y penosas violaciones al Derecho Humano de la mujer dominicana, el articulo dice:

“Artículo 37.- Derecho a la vida. El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. No podrá establecerse, pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte”
Este articulo deja implícito que prácticas como el aborto terapéutico quedan prohibida por ley constitucional, lo que, como ya vimos recientemente ha cobrado vida de mujeres, por no mencionar que el solo hecho de establecer el derecho a la vida “desde la concepción” limita y somete a la mujer (quien también es tiene vida) a un destino fortuito, sin mencionar que dejando de lado consideraciones morales una mujer debe tener el derecho a decidir sobre su vida y su cuerpo en todo momento.
Las luchas feministas que aun se libran y se libraron han tenido y tienen logras significativos, de los cuales es importante mantenerse al tanto, seguir y apoyar, ya que de ellos gozamos, las instituciones están creadas, las leyes contemplan gran parte de las problemáticas, aunque no siempre se cumplen (en este caso es evidente que no se cumplen y deben ser reformuladas en el caso de nuestra media isla), en cuota de participación femenina, reconocimiento social y económico, respeto a su dignidad y libertad… el trabajo que resta debe ser enfocado desde la autoconciencia, reflexión y accionar personal en pro de lo que como humanas merecemos.
Nuestro único destino no es perpetuar la raza humana, como tampoco lo es ser objetos de placer masculino, tenemos las herramientas y capacidades para lograr cambiar esa mentalidad aun generalizada, es solo continuar, empoderarse y lograrlo, en fin bogar por un mundo, un sistema de pensamiento diferente, de igualdad y justicia, el del mundo ideal de las imposibilidades de hoy, que la historia nos demuestra son las realidades de mañana. La travesía de la Mujer hacia sus Derechos Humanos continua y de las acciones de esta y futuras generaciones depende llegar a la meta, igualdad, equidad y justicia.